Finanzas Personales. Lo que puedes controlar.
- Luis Enrique Vallejo Sanz
- 22 abr
- 5 Min. de lectura
De tanto mirar pa' fuera, se le olvidó barrer su casa.

Por Luis Enrique Vallejo – Asesor Financiero Personal
Hay una frase que escuché y se me quedó grabada: “Es más fácil fabricarse unos zapatos que pretender tapar el mundo con cuero”. La dijo Pema Chödrön, y nos recuerda que sólo podemos cambiar lo que podemos controlar, pero hay mucho ahí afuera que se sale de nuestras manos.
Cuando hablamos de finanzas personales, la mayoría de las personas busca respuestas afuera: un nuevo trabajo, una inversión mágica, una promoción, una baja de tasas, una ayuda del gobierno. Pero rara vez volteamos a mirarnos al espejo y preguntarnos: ¿Qué puedo cambiar yo hoy, con lo que tengo y con lo que soy?
Los verdaderos cambios en tus finanzas personales no vienen de factores externos. Vienen de ti, de tus decisiones, de tus hábitos y de tu capacidad para decir que no. Vienen de tu capacidad para alinearte con tus valores, para poner límites, para asumir riesgos y para dejar de lado el miedo que paraliza.
¿Qué tienen que ver los cambios personales con las finanzas personales?
Mucho más de lo que imaginas. La mayoría de las personas que asesoramos en Renta Personal tienen algo en común: ganan bien, incluso por encima de los 5 millones de pesos mensuales. Pero no logran ahorrar. O si ahorran, sienten que no es suficiente. Les cuesta tomar decisiones financieras sin sentir culpa o miedo, y ese no es un problema de ingresos, sino de estructura interna.
El primer paso no es abrir un CDT, ni descargar una aplicación de presupuesto, ni seguir a todos los gurús financieros en Instagram. El primer paso es tener el valor de mirar hacia adentro, de analizar cómo estás tomando tus decisiones financieras, y si están alineadas con tu objetivo.
Estos son 4 puntos que no te permiten avanzar, que están en ti y que debes trabajar para mejorar tus finanzas personales:
- Parálisis por miedo
- No saber decir que No.
- Pensar que la felicidad no depende de mí.
- Las Creencias adquiridas.
1. Parálisis por Miedo
“¿Y si pierdo el trabajo?”
“¿Y si me enfermo?”
“¿Y si invierto y lo pierdo todo?”
“¿Y si me doy un gusto y después me arrepiento?”
El miedo no es malo. Pero no puede ser el director de tu vida. Cuando el miedo decide, postergamos, evitamos, nos saboteamos, nos dejamos llevar por las decisiones de los demás. Y eso se traduce en malas decisiones financieras: deudas innecesarias, inversiones que no entendemos, gastos que no disfrutamos, ahorro que nunca llega.
Superar el miedo implica aceptar que no podemos controlarlo todo, pero sí podemos actuar a pesar de la incertidumbre.
Para poder superar el miedo, lo primero que hay que hacer es educarse, definir hacia dónde vas y por qué estás donde estás, estas son guías clave que te dan un rumbo y te permiten estar tranquilo a pesar del contexto.
2. No saber decir que no.
Decir que no es una herramienta financiera poderosa. Decirle que no a un gasto innecesario, a un compromiso que no puedes asumir, a una presión social. Pero también decirle que no a ideas que ya no te sirven, a patrones familiares que repites sin cuestionar, a un estilo de vida que te está dejando sin recursos.
¿Te ha pasado que quieres ahorrar, pero terminas cediendo a un gasto para “no quedar mal”? ¿O que prefieres seguir el ritmo de tu círculo social, aunque te cueste endeudarte?
Decir que no, desde la autoconfianza y la autenticidad, es una forma de autocuidado financiero. Requiere coraje. Y como todo músculo, se fortalece con la práctica.
3. Pensar que la felicidad no depende de mí.
Hay otra trampa mental que veo con frecuencia: el pensamiento de “Sí, soy feliz, pero seguro algo malo viene”, o “Seré feliz, solo cuando gane más de lo que gano”
Me dicen cosas como:
“Quiero comprarme ese carro, tengo con qué, pero me da miedo quedarme sin ahorros.”
“Quiero invertir, pero y si después lo necesito…”
“Quiero darme un gusto, pero ¿qué van a pensar mis hermanos?”
“Voy a esperar a ganar más para sentirme feliz”
Ese es un reflejo del miedo a la felicidad. Como si no fuéramos dignos de sentirnos bien. Como si al disfrutar estuviéramos provocando una catástrofe futura.
La forma de combatir eso no es desde la lógica. Es desde la gratitud. Agradecer lo que tienes hoy, lo que puedes permitirte hoy. Porque la gratitud te ancla en el presente y te recuerda que no todo placer inmediato es un error. Algunos placeres son parte del camino y se valen.
No es fácil. Pero es liberador.
4. Las creencias adquiridas.
Otra trampa es la idea de “O estás conmigo, o estás contra mí”. Esa lógica binaria, que tanto usan los políticos y ciertos influenciadores, es peligrosa. Porque elimina la posibilidad de discutir, de cuestionar, de dudar.
En finanzas personales esto se traduce en frases como:
“La única inversión segura es el ladrillo.”
“Nunca te endeudes.”
“Siempre hay que tener propiedades.”
“No se puede vivir sin tarjeta de crédito.”
¿Quién lo dice? ¿Por qué lo creemos?
Es clave desarrollar pensamiento crítico. Entender que no hay fórmulas mágicas ni caminos únicos. Que lo que funciona para uno, puede no funcionar para otro. Por eso es tan importante la empezar por uno mismo. Partir de tus metas, tus temores, tus creencias, tu momento de vida, tus valores.
Entonces, ¿por dónde empezar?
Te propongo algunas acciones simples para iniciar tu proceso de cambio:
1. Haz un inventario emocional de tus finanzas
Pregúntate: ¿Qué emociones me genera el dinero? ¿Culpa, miedo, orgullo, ansiedad? Detectar la emoción es el primer paso para gestionarla.
2. Revisa tus gastos desde tus valores
¿Tu dinero se está yendo en lo que realmente valoras? ¿O en lo que otros esperan de ti?
3. Define una meta pequeña, pero significativa
No empieces con “voy a ahorrar 20 millones en un año”. Empieza con: “voy a ahorrar el 10% de mi ingreso durante tres meses”. Lo pequeño también transforma.
4. Atrévete a decir que no
Una vez por semana, di que no a algo que no se alinea contigo. Un gasto, una salida, una compra impulsiva. Verás cómo se siente.
La vida está llena de incertidumbre. De mensajes contradictorios. De ruido. Pero tu rumbo lo debes definir tú, de acuerdo con tus condiciones, no a lo que otros esperan de ti. Así tú te vas a guiar hacia decisiones más sabias, más coherentes, más tuyas.
La transformación financiera comienza adentro. Empieza con el coraje de mirarte con honestidad. Con el compromiso de cambiar, aunque sea difícil. Con la humildad de aceptar que no lo sabes todo, pero puedes aprender.
No esperes a que cambie el dólar, el presidente o la economía global. Cambia tú. Hoy. Y verás cómo, poco a poco, todo lo demás también empieza a tener sentido para ti.
Este artículo ha sido elaborado con fines informativos y educativos. No constituye asesoría financiera personalizada. Se recomienda consultar con un asesor financiero para obtener asesoría personalizada sobre tu situación particular.
Si estás buscando una manera efectiva de mejorar tu situación financiera, te invito a contactarme.
Como experto en finanzas personales, y con la ayuda de un Coach Ontológico podemos ayudarte a:
Identificar tus creencias y patrones limitantes que te impiden alcanzar tus objetivos financieros.
Crear un plan financiero personalizado que se ajuste a tus necesidades y estilo de vida.
Implementar estrategias para optimizar tus ingresos y reducir tus gastos.
Aprender a invertir de forma inteligente y segura.
Tomar decisiones financieras responsables
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