Sin un presupuesto, tu dinero manda… y no siempre bien
- Luis Enrique Vallejo Sanz
- 3 jun
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 9 jul

En uno de los inviernos más crudos de la Segunda Guerra Mundial, más de 1.500 personas fueron hacinadas en vagones rumbo a Auschwitz, sin comida y con un solo bidón de agua por vagón. La mayoría no sobrevivió. Pero en uno de esos vagones, solo murieron dos personas. ¿La razón? Un plan. Un sistema. Un presupuesto.
Esta historia real la cuenta Eddie Jaku en El hombre más feliz del mundo. Y aunque nada de lo que vivimos hoy se compara con el horror de un campo de concentración, la lección que dejó su padre sigue vigente: en medio del caos, un buen plan puede ser la diferencia entre resistir o rendirse.
Hoy, cuando muchos sentimos que el dinero no alcanza, que el mes se alarga más que el ingreso, vale la pena recordar que organizar lo poco puede ser la clave para llegar a final de mes.
Ahora te voy a contar por qué hacer un presupuesto no es una carga, sino una herramienta de esperanza.
Hacer un presupuesto no es solo para quienes están en apuros financieros. De hecho, es uno de los actos más conscientes y poderosos que puedes hacer para mejorar tu relación con el dinero, especialmente cuando no tienes tiempo para pensarlo todo dos veces.
¿Por qué escribir un presupuesto cambia tu forma de ver el dinero?
Cuando escribes, pasa algo poderoso: ves lo invisible. Muchas veces creemos saber en qué se nos va la plata… hasta que lo ponemos en papel, en una aplicación, (o en una hoja de Excel) y nos damos cuenta de cosas que antes parecían desconectadas.
Por qué vale la pena hacer un presupuesto:
· Porque es como armar un rompecabezas. Las piezas sueltas no tienen sentido… hasta que las juntas.
· Porque dejas de confiar solo en la memoria. El presupuesto es como una extensión de la memoria.
· Porque es como hablar contigo mismo y entenderte. Escribir te obliga a poner en palabras cosas que antes eran solo sensaciones.
Cuando escribes tus gastos y tus ingresos, y los analizas, puedes encontrar nuevas combinaciones, asociaciones y puntos de vista. Cosas que antes no habías considerado empiezan a hacer sentido, y así mismo las puedes atacar o reforzar.
Pero… ¿a quién le gusta hacer un presupuesto?
Seamos honestos: hacer un presupuesto no es emocionante. No es como planear un viaje o estrenar celular. Y eso está bien. No necesitas que te encante, solo necesitas saber que hacerlo te hace bien.
Es como lavarse los dientes o hacer ejercicio. No es divertido, pero mejora tu vida.
¿Qué pasa cuando no haces presupuesto?
Tomas decisiones basadas en el impulso, no en la realidad.
Gastas pensando que el ingreso es infinito.
Te endeudas más fácil y más rápido.
No sabes si puedes darte un gusto o si estás metiéndote en un lío.
Vives con culpa financiera o con la sensación de estar “perdiendo plata”.
¿Y si ya ganamos bien… para qué hacerlo?
Porque el problema no es cuánto ganas, sino cómo usas lo que ganas.
Conozco familias que viven tranquilamente con tres millones de pesos al mes y otras que, con ocho millones, no llegan a fin de mes. La diferencia no está en el ingreso, sino en el manejo.
Acciones específicas para empezar hoy
Haz una lista de tus gastos fijos (arriendo, servicios, alimentación, transporte).
Suma tus ingresos mensuales.
Escribe durante una semana cada peso que gastas. Sin filtro, sin juicio.
Agrúpalos por categorías. Esto te dará claridad visual.
Pregúntate qué gastos podrías eliminar, reducir o sustituir.
Asigna montos a tus categorías y comprométete a no pasarte.
Revísalo cada semana. No para castigarte, sino para aprender.
Si ya hiciste esto antes y lo dejaste… está bien. Vuelve a intentarlo. No se trata de hacerlo perfecto, sino de entender que tu dinero también necesita dirección.
¿Quieres saber cómo hacer tu presupuesto paso a paso?
Te dejo este artículo que escribí con una guía práctica y sencilla:
Tú decides cuál es tu destino. Pero para llegar allá, necesitas un mapa.
Este artículo ha sido elaborado con fines informativos y educativos. No constituye asesoría financiera personalizada. Se recomienda consultar con un asesor financiero para obtener asesoría personalizada sobre tu situación particular.
Si estás buscando una manera efectiva de mejorar tu situación financiera, te invito a contactarme.
Como experto en finanzas personales, y con la ayuda de un Coach Ontológico podemos ayudarte a:
Identificar tus creencias y patrones limitantes que te impiden alcanzar tus objetivos financieros.
Crear un plan financiero personalizado que se ajuste a tus necesidades y estilo de vida.
Implementar estrategias para optimizar tus ingresos y reducir tus gastos.
Aprender a invertir de forma inteligente y segura.
Tomar decisiones financieras responsables




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